A Santander Enrique Moreno Pacheco sus amigos, familiares y vecinos lo  recuerdan como un hombre bueno y trabajador.

Tan bueno era, dijeron sus vecinos a Zona Cero en Medicina Legal, “que ni porque la suegra lo echaba de la casa que le tenía arrendada a pesar de que no le debía nada, llegó a atacarla”.

Martha Nelly Rodríguez, su suegra, era la dueña de la vivienda en la que vivía el hombre con su compañera sentimental y sus dos pequeñas hijas.

“Con frecuencia llegaba donde su yerno a pedirle que se fuera”, recuerdan los vecinos.

Esa forma de ser noble y pacífico de Santander Enrique la mostró incluso cuando agonizaba y un  vecino lo llevaba en su vehículo rumbo al Hospital Materno Infantil de Soledad a donde fue conducido para que le prestaran  la primera atención médica.

Camino al Materno Infantil, el hombre de 43 años se desangraba por la puñalada que en el cuello le había propinado la suegra en medio de una discusión cuando él quiso evitar que ella golpeara a la hija que era su compañera sentimental. Esta le pedía a su mamá que se fuera porque ella y su marido se iban a dormir. La mujer contrariada exigía que le pusieran música.

Agonizando Santander Enrique pedía que “no lo dejaran morir”, pero también que “no denunciaran a su suegra porque él tampoco lo iba hacer”.

Luego el hombre perdió el conocimiento y del Materno Infantil fue conducido al Hospital General de Barranquilla en donde falleció.